De Adolfo Bioy Casares
Es la historia de un hombre que escapa
de la prisión y llega a una isla abandonada en la que toda la población murió a causa de
epidemias, en la cual experimenta delirios provocados por las malas condiciones
en las que se encuentra, ya que es constantemente es afectado por olas de
calor, lluvias, inundaciones, hambre, deshidratación, lo que va determinando
sus estados anímicos, que le desatan cambios emocionales que logran
desestabilizar sus sentidos, como son angustia, depresión, paranoia, ansiedad,
sentimientos de soledad, lo que modifica sus actividades, su desarrollo y
realidad dentro de la isla, impactando también la forma en la que percibe el ambiente,
las formas de relacionarse con el mundo y su propia construcción del yo como
mecanismo de supervivencia y de acción. Estableciendo su construcción del yo a
partir de su conducta mediada por el deseo y necesidades.
A partir de estas condiciones genera
diversas necesidades como la necesidad de reconocerse a sí mismo dentro de sus
estados de delirio, ya que experimenta perdida de la conciencia, alucinaciones
y sueños mezclados constantemente, llevándolo a la necesidad de representarse, expresarse,
comunicarse y permanecer dentro de un constructo de códigos de memoria, que le
permita dar cuenta de su paso por la isla en relación con el tiempo y los
diversos espacios a los que puede acceder, ya que encuentra sitios abandonados
de uso común, que fueron habitados y que le parecen que cada día son sitios que
desatan unas series de eventos que le consideran inexplicables, dándole la
sensación de que nunca fueron abandonados.
En su búsqueda por la verdad y para
aclarar los sucesos, tratando de entender la realidad, modifica sus acciones
acercándose a lo que le parece un grupo de personas visitantes, estructurando
su realidad a partir de la construcción del conocimiento de su entorno, que le
permitieran desenvolverse de manera integral, en donde se da cuenta de que una
persona que vivía en la isla genero diversos aparatos para poder cubrir las
mismas necesidades en las que él se encontraba; supo que Morel es un personaje
que existió en la isla y diseño aparatos que permitieron grabar a las personas
y ser proyectadas cada vez que fuesen activados los aparatos por la acción e intervención
de las mares, lo cual le causaba la sensación de no estar solo y la impresión
de poder comunicarse con otras personas, generándole una fijación y un
enamoramiento por una de las mujeres proyectadas, en donde a partir de la
intervención de la tecnología establece un sistema de relación mediática y la
estructuración de lo real, organización cognitiva, determinando una reconstrucción
subjetiva paranoica de lo existente.
Generando una nueva relación con el
mundo a través de los dispositivos donde genera nuevas capacidades de recrear el
mundo a partir traspaso de las ideas a condiciones prácticas y matéricas, desde
el impulso que le marque el deseo y su búsqueda del bienestar.
Condición que lo lleva a plantear
diversos simulacros de lo real, integrando estas situaciones técnicas dentro de
su desarrollo existencial.
En La Invención de
Morel destaca la integración y la importancia que tienen los aparatos
tecnológicos dentro de la vida cotidiana como mecanismos de desarrollo, de
comunicación y de estructuración de lo real, ya que estamos en una era en donde
dependemos a muchos niveles de la tecnología dentro de nuestras vidas y que
cada día van dominando mas nuestro proceso de construcción como especie.