Una película animada
que destaca la importancia de la contribución social a partir del
dominio a través de los aparatos tecnológicos y medios
de comunicación, planteando diversas posibilidades de lo real desde
simulacros estructurados tecnológicamente.
Marca la
importancia del poder mediático que se establece desde
las tecnologías y los condicionamientos que genera el desarrollo de la
guerra, introducidos en la vida cotidiana como un eje esencial en el domino de
una raza sobre otra.
Plantea el impulso
de la conducta velica como patrones de estructuración del poder y
como estrategias de concentración de las masas, generando ejércitos a
partir del conocimiento adquirido a través de los medios.
Generando
un impacto psicológico y en la conducta de los individuos manipulados
dentro de un orden colectivo, creando un control sobre lo real.
También destaca la importancia de
la integración del ser con su entorno y los aparatos de desarrollo
industrial y tecnocientífico, como dispositivos constituyentes de lo real.
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